Os traigo un pequeño lugar donde desconectar del ruido y pasar un fin de semana, un sitio para mí desconocido hasta hace tan solo unos meses.
Paredes verticales, abundante vegetación y sin prisa el río dulce atraviesa el paisaje sosegadamente esculpiendo su obra, construyendo su propia casa. El Parque Natural Barranco del Río Dulce es pequeño pero de una belleza y diversidad apabullante, no en vano está catalogado como Zona de Especial Conservación, Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Importancia Comunitaria. Para visitarlo tenemos que viajar al norte de Guadalajara.
Existen numerosas rutas dentro del parque y es muy fácil obtener información sobre ellas en Internet o bien en los centros de información, nosotros hicimos la ruta de Pelegrina que comienza y termina en el pueblo de igual nombre. Encajonado entre rocas se expande este pequeño pueblo que está coronado por el esqueleto de lo que fue la residencia de verano del obispo de Sigüenza. El camino transcurre por la parte alta de la hoz, escenario de varios capítulos de la serie “El hombre y la tierra” de Félix Rodríguez de la Fuente, la famosa imagen del águila cazando una cabra fue rodada en este paraje.
El camino nos conduce hasta la cascada del Gollorio, que tiene unos cincuenta metros. En este punto puedes tomar dos caminos; o descender ayudado de cuerdas apostadas en la ruta hasta el fondo del cañón y llegar a la base de la cascada, o continuar por la parte superior del cañón y llegar al mirador Félix Rodríguez de la Fuente.
La parte baja del cañón esta surcada por un tupido bosque decorado con enormes nogales que te cobijan del sol y como banda sonora te acompaña el fluir del río Dulce. Una buena elección para desconectar del bullicio de la ciudad y conectar con el sonido del viento y la naturaleza.